Haru Haru "relleno" (?)

La chica seguía riendo ante la escena, era horriblemente graciosisima, como el mejor chiste de la historia mal contado -Ren, cierra la boca, que se te cae la saliva- comentó, mientras dejaba ir a la chica, pensativa -¿Quién es tu novio?, se podría saber- dijo después, llevandose una mano al cabello y, con el otro brazo, cubriendose el pecho.

Continuaba riendo ante la escena, ¡La chica estaba tan roja como su cabello! ¿Cómo no estarlo? -Vale vale, chica misteriosa- dijo, mientras se acómodaba los lentes y se sentaba en el borde de la tina -Ren, ¿Tienes una toalla que me prestes? Yo no traje la mía y dudo que Reiko me preste una- añadió, con tranquilidad y una sonrisita burlona en su rostro.

Continuó riendo cuando el chico chocó contra el marco de la puerta y más aún cuando la otra le dijo aquel "te mataré", madre mía, ¿Cómo podían tomarse tan mal aquella situación si era de lo más gracioso?.
Cuando la chica llegó con una toalla, se puso una mano en el centro del pecho -¿Para mi? No debiste, amor mío- dijo, aguantando la risa y recibiendo el objeto, para envolverse con esta. Añadió aquel -"amor mío" sólo para molestar mucho más a la chica, para ser honesta.

Se acomodó la toalla que estaba usando, para continuar riendo -eh, Ren, ni que fuera tan malo- se llevó ambas manos al pecho -son lindas, no son traumantes- murmuró, sonriendo de manera torcida.
¿Cómo una situación de terror se había tornado tan graciosa?

-¿Qué me calle?- preguntó la mujer, acercandose al otro, para abrazarlo por detrás, poniendo todo su pecho en la espalda del otro -Me quedaré callada, pero no vuelvas a decir que son traumantes, que se ponen tristes si te escuchan- continuó bromeando.
Ah, si estuviera Ikuto seguramente estaría en el suelo de la risa. Seria una linda anecdota para contarle al otro.

La chica continuaba abrazando al mayor, mientras posaba su rostro en la espalda del chico -Reeeeen- comenzó a bromear, riendo un poquito -Dí que mis pechos son lindos o se pondrán tristes- dijo, haciendo un pucherito.
Al borde del llanto a causa de aquella situación, jeje.

-¡OYE!- dijo, mientras presionaba más contra el chico -si no dices que son lindos, no te soltare- vale, había tratado de evitar todo comentario sobre el "operados".
Nononono, no eran operados.
-Además, son naturales, naturales como tu reacción al verlos- dijo, riendo demasiado... ¡Ahahaha! Esta seria una historia épica.

-Vamos, que a ella ni le miraste el pecho, pequeñín- dijo, riendo, aún abrazando al joven, moviendo, con la mayor intención de todas, su pecho por la espalda del joven, mientras ponía una de sus manitas en el cuello del otro, acariciándolo.
Vale, haría que él y su persona sufrieran por haberle dicho que sus pechos eran operados
-¿Seguro que no quieres decir que son lindos?- susurró a su oído, con una sonrisita burlona en todo su rostro.

-por favooooor- continuó diciendo, en un susurró, en el oído del chico, mientras movía sus manitos por su torso. Haría que se retorciera por placer, pero no le daría nada, por decir que eran operadas.
La mejor tortura era aquella.
Volteó su cabeza para mirar a la pelirroja -quiero que cortes el internet y escondas toda fuente pornográfica de esta casa, Reiko, házlo para reír un rato- le dijo, con una sonrisita.

-Y tu crees que, a estas horas, la vecina esté despierta?- preguntó, riendo -¿crees que alguien aquí esté despierto como para escucharte rogar por placer?- continuó con su tortura, mientras acariciaba el pecho del chico y una sonrisita burlona en su rostro -sólo dí que son lindos y te dejaré, eh-

-¿Estás rogando?- dijo, mientras reía y continuaba torturandolo... -eso mismo, esto es un sueño, cariño- susurró en su oído, al borde de las risas, ah... Esto sería muy gracioso de contar.