Haruharu|RP|Capitulo 10:¿Problemas grandes?¿separacion?

La joven peli violeta estaba sentada en e sofá de su casa, hablando por teléfono, mejor dicho, discutiendo. Hablaba en francés con su primo, ya que la tía Fleur había salido -¿Y no puedes pedirle que me busque un lugar?- preguntaba en francés la molesta joven, cada vez su seño más fruncido -no importa, sólo no quiero estar cuando esos lleguen- explicaba, mientras se golpeaba con el lápiz que tenía en su mano.
Sus padres volverían a Japón en un par de semanas y ella no quería estar ahí ni cuando llegaran ni se fuesen.
De vez en cuando, su hermano se le acercaba, preocupado, con comidas para la chica, llevaba ya tres horas al teléfono y su charla no parecía avanzar mucho -¡Qué haga eso y me avise lo que encuentre!- finalizó la joven, molesta para después colgar el teléfono y pedirle disculpas a su hermano con una sonrisita.
Iba a ser el peor año de su vida.

Lanzó uno de sus jarrones al suelo, rompiéndolo en mil pedazos, para luego patear su cama antes de sentarse sobre esta, acomodando los codos sobre sus rodillas, luego hundiendo el rostro en sus manos.
Vaya forma de terminar su año. Y peor aún, que forma de comenzar uno nuevo.
1. Había tenido que aguantar vivir bajo el mismo techo que su madrastra por 3 meses, bancándose cada comentario y opinión negativa con respecto a él. Todo fuese por acompañar a su padre enfermo.
2. Ante su ausencia, Haruhi consiguió un nuevo novio [Pero no la culpaba, para nada. Solo le entristecía.]
3. La primera mujer que rompió su corazón volvió en escena, esta vz pidiéndole dinero directamente-- y, cómo iba a negarse? El estúpido no aprendía, su corazón aún latía con solo verla. Y así como vino, se fue.
Y por último, para derrumbarle, el único lazo familiar que le quedaba terminó por morir aquella misma noche.
No le importaba que la mujer se quedase con el dinero, no... Lo último que le quedaba, lo único que aún podía sentir algo de cariño hacia él.
Se esfumó.

Rebuscaba entre los muebles y la nevera algo para beber, limpiándose el rostro a menudo cada vez que las lágrimas nublaban su visión.
Qué iba a hacer ahora?
Valía realmetne la pena seguir intentando vivir? Y si mejor tomaba la otra opción..?
Su mirada se dirigió a su balcón. Vivía en un piso bastante alto... Y si no era suficiente, podía intentar por la azotea...
Se encontró a si mismo con los pies sobre la varanda del balcón, inclinado sobre esta, su mirada fija al distante suelo...
No.
No, no debía, no. Su padre estaría decepcionado. Ah, pero como le gustaría estar donde él estaba.
Sus pies bajaron lentamente, devuelta al balcón, luego dentro del apartamento. Sus dedos se aferraron al cuello de la botella que había rescatado de entre las cosas que rompió.
Empinó la botella, tragando como si no hubiese mañana.
Sus adentros rogaban que alguien le salvara. Que alguien tomase su mano y le jalase fuera de aquel infierno.
Que alguien le ayudase a ver lo que es bello una vez más, y le diese las ganas de vivir.