Haruharu|RP|Parte dos|Capitulo 1:Volver a casa.

-Qué triste debe ser no poder llamar madre a tu madre- dijo, riendo ante su íronia... ¡Ella siquiera tenía una madre a la cual llamar madre! Pero si tenía a dos padres para llamarlos padres, ¿Servía?.

Se rascó la nuca, sonriente -Si no es problema, quiero ir a comer a un centro comercial- respondió, necesitada de movimiento social, gente moviendose de aquí para allá, necesitaba el movimiento que tenía Japón y la carcel no poseía -Necesito comida chatarra- agregó después, en un tono un tanto urgido, como cuando decía que debía fumar, cosa que también necesitaba hacer, como ser humano libre.

¿Había tenido a alguien para llamar Madre? ¿Qué? ¿Una madre de reemplazo? -¿Quién?- se atrevió a preguntar curiosa.

Sus ojos brillaron ante aquella palabra "Cerveza", ¡Cierto que también estaba el alcohol en el Japón libre! -¿Y acaso tu puedes beber que me estás ofreciendo aquella tentación?- bromeó con la chica, aunque por parte era cierto, ¿qué edad tenía ella que le ofrecía cervezas?.

El chico se encojió levemente de hombros ante el comentario sobre Castiel. Sin embargo, le agradaba que la chica no fuese como el resto de las personas: que le apartaran por ser rarito.
-Es ese el café?- Cambió de tema sin darse cuenta, señalando entonces en dirección al lugar.

¡Ah! ¡Estaba hablando de su infancia! Ella creía que era ahora, en Italia -pobrecilla- dijo, mientras le desordenaba el cabello -Madre Nobara está aquí- bromeó, abriendo sus brazitos, como si ella fuese una fuente de protección, siendo que había ido a la carcel.

-18 recién cumplidos, eh- comentó después, arreglandose el cabello y después los lentes -¿Ya has probado el alcohol? No sé si te guste... hm- añadió, pensantiva, pero sin borrar la sonrisita de su rostro, ¡Podría tener una amiga de copas!.

-Un rubio sexy?- Parpadeó un par de veces. Sonrió un poco, divertido, luego disponiéndose a entrar. El lugar tenía bastante vida.
-... Sirven té en las cafeterías?- Preguntó a la chica, aún con la duda en mente.

-Oh!- Su sonrisa se amplió, siguiendo a la chica a una de las mesas. Entonces si podría tomar té! Pero entonces por qué se llamaban cafeterías?
-Reiko-chan~- Cantó, apoyando la cabecita entre sus manitos, mirándola, embobado, olvidando lo de antes. -Se nota mucho?-